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Antes de fallecer el pasado 22 de enero, el actor deja uno de los trabajos más aclamados interpretando a The Joker

The Dark Night, la nueva cinta de Batman, se ha convertido en el fenómeno taquillero que el cine esperaba para cerrar la temporada de estrenos veraniegos. La película un equilibrio en cuento a las actuaciones y la acción, ha cosechado excelentes críticas por su balance y la implacable realización. Lo cierto es que sin el “factor” Heath Ledger, la cinta sería menos impactante; y es que el fallecido actor australiano dejó como legado una de las interpretaciones más comentadas para un personaje salido de un cómic. The Joker (El Guasón) logra estremecer y despertar el temor en Batman y en los espectadores, levantando inmediatamente la pregunta sobre los motivos que orillaron a Ledger a exponerse a una sobredosis de fármacos justo cuando su carrera parecía conducirlo a ser una de las nuevas grandes estrellas en Hollywood.

En la piel del payaso
Heath Ledger vivió una auténtica metamorfosis para encarnar a The Joker los meses previos a su muerte. El actor dejó los lujos de lado y se fue a vivir a un cuarto de hotel barato durante un mes, esperando que dicho ambiente de opresión le ayudara a darle forma, postura y voz a su personaje, un siniestro criminal con aspecto de payaso.

Durante su estadía, comenzó a escribir un diario donde reflexionaba sobre la personalidad de The Joker y las motivaciones que conducían al delincuente. Por si fuera poco, la producción de la película le dio dos cómics del Hombre Murciélago que trazan bien la locura del Guasón: Batman: The Killing Joke de Alan Moore; y Arkham Asylum: A serious House on a Serious Earth.
Todos los elementos se mezclaron, y pronto Warner Bros. se dio cuenta que el personaje de The Joker era el más atractivo comercialmente. Opuesto a Batman, la estética publicitaria del payaso mezclaba la burla con la locura, además de un sentido del humor sumamente torcido. Pronto, internet se llenó de ilustraciones, pósters, videos y frases, destacando una en especial que se convirtió en la principal de la cinta: Bienvenido a un mundo sin reglas. Por una ironía de la vida, el mundo de Ledger se comenzó a quedar sin normas tras finalizar su fase de rodaje.

El dibujo preciso del personaje le trajo múltiples “regalos” negativos a Ledger, como el insomnio. “Pasó algo muy raro con respecto a dormir, las escenas fueron demandantes, me vaciaba emocionalmente, fueron extenuantes y aunque tenía la necesidad de dormir me fue difícil, me encontré con el insomnio, pero también con maneras creativas de sobrellevarlo y adelantar leyendo guiones”.

Halagos y adiós
Tras el rodaje, ya en plena etapa de post-producción, fueron varias las voces que se cuestionaban si Heath daría el “ancho” para un personaje tan complejo como The Joker. Fue Sir Michael Caine (Alfred en la película) quien vertió a finales del año pasado la primera opinión en donde afirmaba que Ledger haría olvidar la tan aplaudida actuación de Jack Nicholson de The Joker, de 1989, apuntando que: “Jack fue la figura de un payaso, benigno pero loco, tal vez un asesino. Él podía hacerte reír. Heath ha ido en un camino completamente diferente a Jack, él es realmente un psicópata escalofriante. Es un muchacho encantador y su Joker será una verdadera revelación en esta película”.

Caine hacía estas declaraciones a pesar de que sólo había compartido una escena en toda la película con Ledger, tan intensa, que el primero olvidaba sus líneas ante la presencia de Joker.

“Ya no se da lo del encasillamiento (de personajes) por eso somos actores parea poder ponerte en personalidades. El ejemplo es I’m not there, ahí se puede ver cómo varios actores le damos vida a Bob Dylan”, fueron las palabras de Ledger al preguntarse si no temía encasillarse en un personaje tan popular como el que realizó en El caballero nocturno; sin embargo el destino le jugó una mala broma al estilo Joker y es por ese personaje por el que se espera que Ledger reciba su última nominación al Oscar.